Minería
Fue la explotación preferida por los colonos y constituyó la principal producción americana. Ya desde los primeros tiempos de la conquista, los españoles se apropiaron de los tesoros indígenas. Posteriormente, se desarrolló la explotación de yacimientos con técnicas rudimentarias y destructivas. Las minas más importantes fueron las de Potosí (plata) y Pasco en la zona andina y Guanajuato (plata) y Zacatecas en México. El cerro de Potosí comenzó a ser explotado hacia 1545.
Todas las minas eran consideradas propiedad de la Corona pero rara vez las explotó directamente. Se utilizó el sistema de dar concesiones a particulares, que debían entregar como forma de pago,
un porcentaje de la producción.
El desarrollo minero trajo como consecuencia que las zonas donde se situaban los yacimientos se transformaran en las más importantes del Imperio. Todos los trabajos más pesados que se realizaban en las minas estaban a cargo de indios y negros esclavos.
Puedes mirar más información sobre el Cerro Rico de Potosí en http://www.gabrielbernat.es/colonia/mineria/html/potosi.html
Agricultura
Se desarrolló una agricultura destinada a la exportación que se concentró en productos tropicales como la caña de azúcar, el cacao, el tabaco y el añil. Esto fue en Las Antillas, México, Venezuela, Nueva Granada, Centro América. Al requerir mucha mano de obra es que se importaban esclavos africanos.
Se continúo con los cultivos destinados a cubrir las necesidades del consumo local y se adaptaron especies europeas (cereales, hortalizas, y frutas). El cultivo de la vid y el olivo fueron objeto de prohibiciones como para favorecer a los productos españoles. Sin embargo, la vid se cultivó.
Industria
España limitaba el desarrollo de la industria en América con el interés de no tener competencia. Igualmente las industrias que se desarrollaron fueron la textil, la alimenticia, la del cuero, la tabacalera, etc.
Corsarios y piratas
Resumen realizado por la docente a partir de los textos "Historia II" Ed. Santillana y "Tiempo 2" Ed. Kapelusz. Al mismo tiempo, se utilizó información e imágenes del blog creartehistoria.blogspot.com de la Prof. Claudia Solís.
Comercio
En los primeros tiempos de expediciones cada armador o comerciante organizaba por su cuenta las embarcaciones; pero el contrabando y los piratas obligaron a las autoridades españolas, a formar flotas compuestas por varias naves artilladas que navegaban juntas. A partir de 1573 este sistema de "flotas y galeones" se volvió obligatorio y oficial y todo navío debía ir o regresar de México formando parte de la flota bajo pena de sanciones.
Cada año se equipaban en Sevilla dos flotas: una con destino a Veracruz (México), denominada "flota de Nueva España" y la otra a Portobelo (Panamá), llamada "flota de Tierra Firme". Desde aquí partían algunas naves para Cartagena y Caracas. Allí se embarcaban mercaderías el Callao, donde se separaban los destinados a Chile. Los que debían ser enviados al Alto Perú, eran transportados a lomo de mula, o en carretas, hasta Potosí.
Los comerciantes del Río de la Plata iban a proveerse a Potosí, pasando por Jujuy, Salta y Córdoba. Llegan después de larga peregrinación, muy recargados sobre su valor primitivo.
Poco tiempo después de la llegada de los galeones, los comerciantes de la América del Sur llevaban sus productos a Portobelo, para ser cambiados allí por los artículos manufacturados. En este último puerto la flota esperaba las mercaderías, que a lomo de mula atravesaban el istmo de Panamá, punto en donde la Armada del Mar del Sur había dejado los productos recogidos en Valparaíso, Callao y Guayaquil.
Portobelo era, pues, el emporio del comercio sudamericano. Ambos convoyes cargados con esmeraldas de Nueva Granada, perlas de Margarita, tabaco, cacao, etc. de Venezuela, minerales de Nicaragua, metales preciosos del Perú y de México y sus respectivas flotas defensoras, volvían a Cádiz.
El contrabando
El régimen español de los siglos XVI y XVII y la prohibición impuesta a los extranjeros de comerciar con las posesiones americanas, trajeron como consecuencia el contrabando o comercio clandestino que no pagaba derechos aduaneros, violaba y defraudaba al fisco español.
Los ingleses, portugueses y holandeses introducían toda clase de géneros a las colonias americanas. Por razones políticas España permitió que Francia pudiera comercializar con el Perú, permiso aprovechado por los franceses para introducir en Lima toda clase de mercaderías. En el Río de la Plata, muchas embarcaciones procedentes de Sevilla se detenían en el Brasil, para cargar allí los géneros e introducirlos luego en Buenos Aires. Otras veces las naves penetraban en el estuario del Río de la Plata y pasaban a los barcos españoles su cargamento, en retorno de los frutos del país que éstos cargaban clandestinamente. Colonia del Sacramento y Las Antillas, fueron focos de contrabando con Hispanoamérica. Estas posesiones españolas fueron utilizadas por Inglaterra, Francia, Holanda y Portugal para evadir el comercio español.
Intentando eliminar estos "abusos del contrabando", los comerciantes de Cádiz fueron autorizados para enviar buques de registro a parte del sistema de galeones. Esta medida fue utilizada para el Río de la Plata que pudo obtener los artículos europeos en más abundancia y menor precio.
Corsarios y piratas
Los corsarios y piratas, generalmente ingleses, franceses y holandeses, se organizaron para atacar las flotas españolas y apoderarse de las riquezas y mercaderías que transportaban.
Los corsarios actuaban cuando su país mantenía guerra con España. El botín capturado se repartía correspondiendo una parte al Estado. Sus actividades cesaban al declararse la paz. Los piratas operaban en todo tiempo, por cuenta propia y se distribuían entre sí el producto. Su centro estaba en la isla Tortugas, al norte de Haití, desde donde se desplazaban, durante los siglos XVII y XVIII, por el mar de las Antillas.
Resumen realizado por la docente a partir de los textos "Historia II" Ed. Santillana y "Tiempo 2" Ed. Kapelusz. Al mismo tiempo, se utilizó información e imágenes del blog creartehistoria.blogspot.com de la Prof. Claudia Solís.
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