miércoles, 9 de mayo de 2012

LAS ARMAS DE LA CONQUISTA


        La derrota de las más grandes civilizaciones indígenas fue rápida y acelerada. ¿Cómo explicar que pequeñas bandas de conquistadores sometieran imperios enteros en corto tiempo?
          La superioridad tecnológica de los españoles puede explicar una parte de la rapidez de la conquista: el empleo del caballo proporcionaba a los españoles una mayor movilidad y, a la vez, una ventaja psicológica, pues los indígenas le temían mucho; las armas de fuego, que permitían la lucha a distancia y también atemorizaban con su estruendo y humo; la ballesta -el arma más eficaz en la conquista- y las armas de hierro, más resistentes que las de los indígenas. no olvidemos además, el uso de las armaduras europeas. 
          Los españoles supieron usar en su favor, los conflictos internos de las sociedades indígenas. Se aliaron con grupos descontentos con el dominio de los aztecas y de los incas. Estos grupos vieron en los españoles una ayuda efectiva para derrotar a sus dominadores. Por ejemplo, las alianzas con los indígenas de Tlaxcala en México y con los huancas en el Imperio inca fueron clave en la victoria de los españoles, ya que le proporcionaron guerreros para la conquista. 
          También hay que tener en cuenta el tremendo impacto que en el mundo indígena produjeron las epidemias de enfermedades para ellos nuevas, ya que sus organismo no las conocían y por ello les eran más graves. La primera epidemia fue de viruela en el año 1518. Luego, hacia 1530-31 se difundió el sarampeón y una gripe maligna apareció en 1550. Tanto españoles como indígenas interpretaron la enfermedad epidémica como una forma de castigo divino que caía sobre los aborígenes pero que no afectaba a la mayoría de los españoles.Esto contribuyó a la desmoralización de los indígenas y su pérdida de voluntad de vivir. Muchos fueron los infanticidios y suicidios individuales o colectivos. 
         Otros factores que actuaron en beneficio de los españoles fueron algunas creencias indígenas que consideraban a los españoles como diosos que habían retornado a su tierra luego de un largo destierro.                                  Cuando los españoles se asomaron a las costas de Mexico, el soberano azteca, creyendo que era el dios Quetzacoatl y otros dioses los que regresaban, les envió numerosos regalos. Algo parecido sucedió cuando llegaron a Tenochtitlán, corazón del imperio. Pero poco después, las acciones de los españoles, su codicia de oro, los malos tratos y su violencia convencieron a los indígenas de que los españoles no eran dioses sino solamente personas.

Adaptado del libro "Historia de América Latina". Pedro Carrasco y Guillermo Céspedes. Editorial Alianza.

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