El Tratado de Tordesillas puso fin a la disputa entre Castilla y Portugal por las tierras descubiertas durante el siglo XV, principalmente las del Atlántico y las costas de África.
La rivalidad entre estas potencias fue mediada por el Papa Alejandro VI ya que en esta époa era común que la máxima autoridad de la iglesia actuara como árbitro en el enfrentamiento de dos naciones católicas. El Tratado se firmó en junio de 1494 en Tordesillas (Valladolid-España) y establecía trazar una línea imaginaria que cruzaba el mar de polo a polo a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Todo lo que quedara del lado este (descubierto o por descubrir), sería considerado territorio portugués y lo que quedara del lado oeste sería de Castilla.
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