domingo, 3 de septiembre de 2017

CARACTERÍSTICAS DEL RENACIMIENTO

Hacia el siglo XV se produjo un cambio en esta forma de pensar. Surgió una nueva idea acerca de la vida y del ser humano, que sustituyó a la concepción cristiana medieval de que la vida terrenal era un simple pasaje para la vida después de la muerte. La existencia en la tierra fue considerada digna de ser vivida. Valores como el éxito, la felicidad, la belleza, dejaron de ser criticados y pasaron a ser exaltados. Fueron los escritores greco-romanos los que sirvieron de modelo a esta nueva concepción de la vida.
Esta nueva forma de pensar y de sentir -esencialmente de nobles y burgueses-, se caracterizó por:

  • la exaltación del ser humano. El centro de atención fue el ser humano nuevo y orgulloso, autosuficiente, que desarrolló al máximo sus capacidades físicas e intelectuales. La vida, el placer y el cuerpo adquirieron gran valor. Era por lo tanto, una mentalidad antropocéntrica, que desplazó al teocentrismo medieval: el ser humano sustituyó a Dios como centro del universo. A pesar de ello los renacentistas no dejaron de ser profundamente creyentes;

  • el individualismo. Importó el ser humano aislado, que ya no formaba parte de otros colectivos. Era una persona que gustaba retratarse, escribir su biografía y firmar las obras de arte que realizaba, que exaltaba su personalidad con defectos y virtudes;

  • la aspiración al conocimiento universal. En el Renacimiento se quiso saber todo, poder hacer de todo. Para ello, debió desarrollar sus múltiples aptitudes y desempeñar las más variadas actividades, tanto intelectuales como físicas. Se aspiró  a un “hombre universal”, capaz de dominar todo el conocimiento de la época;

  •  no conformismo. Se critica al mundo y desconforme con él, se aspira a mejorarlo. A veces, se crearon mundos ideales en as obras literarias; otras veces, la mayoría, se refugió en la antigüedad grecolatina;

  •  la crítica al mundo. Esta alcanzó a la Iglesia denunciando la corrupción del clero, la ignorancia de los monjes, la superstición y el lujo del alto clero. Sólo se buscaba reformar la Iglesia y devolverle la pureza de los primeros tiempos;

  •  racionalismo. El ser humano como ser racional consideró que la fuente del saber estaba en la inteligencia y en sus logros científicos. No se debían imponer normas ni doctrinas rígidas; se debía ser flexible y crítico. La mentalidad racional se aplicó tanto en la política y la economía como en la ciencia y el arte.

Material extraído de: Abadie, S; et al; Historia 2ºc.b. Europa, América y Uruguay entre los siglos XVI y XIX.
 Ed Monteverde.

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