El trabajo de los cañeros consistía en cortar caña de azúcar con las manos. Era un trabajo zafral y los patrones les pagaban sueldos muy bajos. Trabajaban muchas horas y sus derechos laborales no eran respetados. Las condiciones de vida de los trabajadores del norte del Uruguay eran terribles. Familias enteras vivían en rancheríos sin agua potable, atención médica ni escuela. El trabajo del abogado Raúl Sendic con los cañeros consistió en hacerles tomar conciencia del abuso del que eran víctimas, informarles sus derechos laborales y organizarlos para luchar por ellos. Para ello, Sendic convivió y trabajó con las familias cañeras y les enseñó a leer y a escribir.
En 1962 se realizaron las primeras marchas cañeras desde Bella Unión hasta Montevideo. El sindicato UTAA (Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas) reclamaba la expropiación de tierras improductivas para los trabajadores y la jornada laboral de 8 horas. El impacto social y político fue importante, los montevideanos conocieron la realidad de los trabajadores rurales y muchos jóvenes se incorporaron a la lucha siguiendo el liderazgo de Sendic. A partir de allí hubo otras marchas cañeras, que tuvieron como consigna «UTAA Por la tierra y con Sendic».
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